PONER TIEMPO A TUS OBJETIVOS, MANTIENE TU ENFOQUE.

 

FIJATE LIMITE DE TIEMPO:

Define bien el tiempo. 

El hecho de establecer el tiempo a las metas parciales y a la meta final significa que hemos comenzado a colocar puntos de referencia a partir de cuales podemos realizar seguimiento y control a la realización de dichas metas.

 

No es lo mismo decir “me propongo iniciar mi empresa de productos lácteos procesados, la cual debe comenzar a funcionar el 1 de octubre del próximo año”. 

 

Se requiere poner fechas para la meta final, y también para las metas parciales, pues es preciso tener control de los avances de tu meta y decidir cuando estarás revisando las misma.

Hacer un cronograma con las tareas también te permite ver si tu meta es alcanzable en el tiempo que has elegido y que tan realista es la posibilidad de obtenerla, además te permite identificar en que lugar estas de tu objetivo.

 

 

 

 

 

 

Es el momento de definir cuando deseas alcanzar tus objetivos, para lo cual responderás las siguientes preguntas:

1.    ¿Cuándo deseas alcanzar tus metas?

2.    ¿Cuándo darás el primer paso para ese objetivo?

3.    ¿Has iniciado alguna tarea que te encamina hacia tus objetivos?

4.    ¿Que recursos ya tienes que puedas implementar en tu plan de acción?

Comienza a imaginar una línea en el tiempo que te permita avanzar y tomar control de tus sueños, imagina cuanto tiempo te tomara ver tu objetivo finalizado, divide esa gran meta en metas parciales las cuales serán los pasos que estarás dando hasta que lo hallas alcanzado.

 

 

Una vez separados los pasos que darás, cada que tiempo revisaras tus objetivos, es momento de iniciar el proceso de las tareas que estarás realizando y es preciso que esas tareas se conviertan en rutinas, las cuales serán hábitos que convertirás en acciones inconscientes que mantendrán tu enfoque.

 

De crear una línea de tiempo precisa, que te permita construir objetivos y alcanzarlos en el tiempo declarado dependerá tu meta, y te harás consciente de tus avances y sobretodo el sentir la certeza de que es posible alcanzarlo.

 

Además, que tener siempre presente cual es la motivación detrás de la meta que te impulsa a continuar, te permitirá encontrar cada día la fuerza interior de permanecer en tu objetivo, pues solo cuando encuentras el verdadero valor podrás realizar las tareas que sean necesarias para alcanzar tus objetivos.